viernes, 5 de julio de 2013

¿De verdad la gente piensa así?

Hacemos una pequeña pausa en nuestra saga ombligocéntrica para presentar a nuestro primer asociado, al que, por razones de confidencialidad, presentaremos como B. Smithee. Aprovechamos esta introducción para agradecerle su participación e invitar a cualquier otra alma que quiera seguir los pasos de B. Smithee, nos escriba un correo a  elabogadodeldiabloyasociados@gmail.com (o a través del formulario del menú lateral).

Un saludo, 
Z.L.

¿De verdad la gente piensa así? por B. Smithee

- ¡Hola Paco! ¿Te has enterado de que este fin de semana se montan unas jornadas en el pueblo de al lado?
- Pues no tenía ni idea, Abelino.
- Pues sí, vendrán Tato, Menganito y Fulanito, que hace años que no los vemos. Habrá un montón de actividades, presentaciones, demostraciones, e incluso un espacio para que podamos llevar nuestro prototipo “culitos en pompa” y que lo pruebe la gente.
- Mmmmm... ¿Y dice algo de premios y sorteos?
- Pues no he visto nada, supongo que al ser el primer año no tendrán mucho de eso.
- Pues entonces no me interesa...

Como organizador ya curtido, a veces echo la vista atrás y observo todos los eventos que cargo ya a la espalda (pequeños, grandes, generales, específicos...), y no dejo de pensar en la “evolución” que ha sufrido el mundillo en estos tiempos, tanto a nivel organizativo como asistencial.

Cuando nos reunimos varios organizadores, normalmente se comenta acerca de las colaboraciones, ya sea sobre el nivel de contenidos de las asociaciones, sobre los patrocinios de tiendas y editoriales, etc. Y aquí es donde entra el dilema. ¿Se nos ha ido de las manos?

Volviendo a mis orígenes como organizador, recuerdo el tiempo en el que recibías un mail de respuesta de una editorial, diciendo que te mandaba la última novedad (y otra copia para que la dieras como premio), y notabas el subidón de adrenalina mientras leías ilusionado el correo, al ver que las editoriales te apoyaban. Y es que señores, con un simple juego estábamos eufóricos. Pero ya no...

Al parecer, ahora si una editorial no te da como mínimo la mitad del salario base en juegos, no sólo no se merece ni aparecer en los carteles, sino que además, se lleva de premio todo tu odio y frustración de organizador, los cuales haces públicos entre tus colegas y contactos de las redes sociales en forma de malas críticas hacia sus juegos o hacia ellos mismos… aunque la mitad de tu colección particular esté llena con sus juegos... ¿Un tanto hipócrita no?

Y yo me pregunto: ¿Cuándo ha cambiado ésto? ¿Cuándo hemos pasado de ilusionarnos por un mini juego regalado a detestar al que no nos da 300€ o más?
Pues no tengo la respuesta... Pero en cambio sí me plantea otras preguntas:

¿Es necesario que las editoriales nos den tanto? Mirando de nuevo atrás, recuerdo que las jornadas que realizábamos al principio funcionaban, al igual que las actuales. Y no había ni la mitad de juegos para regalar/premios/sorteos. Entonces. ¿Para qué pedir tanto?

Pensémoslo fríamente,  y por una vez pensemos también en el resto que son como nosotros, pero no con envidia, que nos conocemos.
A veces he hablado con gente que dice que los sorteos son para atraer a más gente. ¿En serio? Pues vaya mierda de jornadas montas si tu base para atraer público son los sorteos. ¡Mejora el contenido por Dios!

En otras ocasiones, pese a que las comparaciones sean odiosas, me he encontrado con que a las jornadas X les han regalado un montón de juegos. Pues vale, pero... ¿Estás seguro que se los han regalado? ¿Qué tratos han hecho? ¿Habrán gastado parte de sus  subvenciones en comprarlos? Quién sabe, así que tú a lo tuyo y no te ofusques.

Y ya lo más absurdo. Que la gente se queje porque X editorial solo les manda 40 juegos en depósito para tener en la ludoteca y luego devolvérselos.
¡¡¡DEVOLVÉRSELO!!! Pero que se han creído... ¿Tú estás tonto? Si piensas así la respuesta es sí. Ojalá todas hicieran lo mismo, poder tener una ludoteca exclusiva para las jornadas, sin usar las de particulares o las del club/asociación, que todos sabemos que siempre se termina perdiendo alguna pieza y eso sí es un drama.

Y ahora un punto importante de la ecuación en el que no pensamos nunca, el mal en persona: Los patrocinadores, ya sean tiendas, editoriales o distribuidoras. ¿Realmente sabéis la cantidad de correos que reciben a diario sobre jornadas que piden apoyo?
Es muy fácil creer que somos los mejores. Joder, es normal, montamos las jornadas a nuestro gusto, así que si a Fulanito le dan 200, a mi que soy mejor me tienen que dar 300...

Mejor... claro... ¿Habéis pensado lo que es mejor para un patrocinador? ¿Realmente creéis que le sale a cuenta regalaros un juego de 60€ para que se lo deis como premio a una persona? ¿Qué le reportará este juego al patrocinador? Realmente NADA.
Pues ahora imaginad que tenga que regalar 50 juegos de esos a las 50 jornadas que se hacen en todo el territorio (y con 50 me quedo corto).

Cuando pidáis apoyo, pensad realmente en ellos, pensad en lo que podéis ofrecerles, y no en lo que queréis de ellos. Puede que entonces veáis que lo que estáis pidiendo es una exageración. Y también pensad que, lo mismo que hacéis vosotros, lo hacen otros, y el grifo, amigos, tarde o temprano se cierra. Y la paciencia tiene un límite.

Así que, para finalizar, tanto si sois veteranos como novatos en esto de montar eventos, pensad en cuál es el objetivo real de montar un evento: pasarlo bien con los amigos, conocer gente y ofrecer alternativas de ocio al público, o llenar las arcas de clubs y particulares. No se vosotros, pero yo me decanto por la primera opción. Así que a mí, personalmente, no se me va de las manos.

Firmado, 
B. Smithee


jueves, 4 de julio de 2013

Ombligocentrismos III. La blogosfera: una, grande y profesional


En esta tercera parte del artículo dedicado a los ombligocentrismos omitiremos la introducción de la carta, que seguro que todo el mundo ha cogido la idea. Hasta tú, pequeño cabezón.

Dejábamos nuestra historia encaminada hacia la blogosfera, esa gran Hidra tecnológica de la que tanto se habló en su momento. He de reconocer que desconozco el estado actual de esta “súper comunidad de blogs”, principalmente porque tras asistir a al coloquio que se organizó en las DAU sobre el tema a inicios de este año, decidí que semejante jaula de grillos no iba a llegar demasiado lejos (de hecho no se ha vuelto a oír hablar del tema). 

Ojo, que la idea no carece del todo de interés, pero mientras lo importante sea alimentar el sobredimensionado ego de algunos Homo Umbilicus, y reclamar un reconocimiento que en el fondo sabemos que no merecemos como colectivo, más que ser el ser mitológico de Lerna, pareceremos una gallina descabezada.

Ahí van unas cuantas frases que se oyeron en el coloquio:

 “Ellos en Alemania se buscaron el modo de tener repercusión, y recurrieron al periodista profesional.  Como aquí no existe, esa labor nos compete a nosotros.” (En relación a Tom Werneck y su charla sobre el origen del premio del Juego del Año en Alemania, donde se dijo que en aquellos tiempos los juegos de mesa eran minoritarios y no llegaban al gran público.) 

Empezamos fuerte. En España no existe la figura del periodista especializado en juegos de mesa, por ello, en lugar de intentar evolucionar hacia esa figura, lo que tenemos que hacer es darle el puesto al primero que pase con un blog. Parece mentira que ésta sea la conclusión a la que llega la misma persona que un día antes preguntaba a Tom Werneck que de dónde tenía que salir la crítica especializada. La respuesta del señor Werneck fue la siguiente: “Hay dos fuentes de críticos. La primera los periodistas profesionales que trabajan como periodistas contratados por una emisora de radio, diario, televisión, etc. […] La  segunda, personas  que exclusivamente escriben sobre juegos de mesa -y de nada más- […] son periodistas freelance y especialistas que publican únicamente sobre los juegos que juegan”.

Escuchando esta respuesta, a mí se me ocurrieron un par de nombres  que encajaban con el perfil citado; sin ir más lejos el organizador del evento, Oriol Comas i Coma (diseñador de juegos, escritor de libros sobre juegos, organizador de eventos lúdicos, colaborador con diversos medios de comunicación…), pero vamos, que es mejor pensar que por tener un blog ya estás capacitado para el puesto. Un figura.

“Tom nos hablaba ayer de la necesidad de que cualquier actividad cultural sea independiente del marketing y de la publicidad, que son los que buscan que la empresa  optimice sus beneficios. El hecho de que haya alguien que se escape de ésto y se acerque a los juegos ofreciendo su propia visión evita que nos den gato por liebre”.

Interesante reflexión la del señor Werneck. La independencia de los blogs especializados con respecto a las empresas. Una pena que minutos más tarde, se lanzara el siguiente punto de vista: “Las editoriales no nos consideran una herramienta comercial, una herramienta en la que se pueden apoyar”.

¿En qué quedamos? ¿Queremos ser un ente independiente o una herramienta de las empresas del sector? O es que a lo mejor lo queremos todo, que las editoriales nos manden juegos, pero mantenernos independientes. A ésto en mi tierra se le llama querer el oro y el moro

“En otros países los blogs sí que tienen apoyo de la industria […]. Y no sólo pasa en otros países, sino que también en otros sectores. El otro día veía en un informativo que los diseñadores de moda envían primero a los blogs sus modelos, antes que a las revistas. Eso en el caso de los juegos no pasa. La pregunta es: ¿Por qué en otros países y otros sectores sí que se considera a los blogs como prensa o como herramienta comercial?” 

¿Acaso sabemos cuál es la cualificación de esos bloggers? ¿O incluso si las fuentes de la noticia son fiables? A lo mejor son estilistas, diseñadores, cazadores de tendencias o periodistas. Vamos lo que se suele conocer como un profesional. Aunque realmente toda esta reflexión carece de sentido, cuando es el propio locutor el que se responde de esta manera: “Bueno, yo creo que es porque nos consideran poco serios o poco profesionales […] algo de razón sí que deben tener.”

Touché. Y si además aderezas este pensamiento con otros comentarios del estilo “Ayer tuvimos la suerte de acudir a la charla de un verdadero experto, no como nosotros dos…”,  o que se hable del  fenómeno “ípe”, pues profesional, lo que se dice profesional no se ve.  Pero aún hay más:

“¿Qué entendemos por ser un experto? Yo creo que todos los que tenemos un blog somos expertos en mayor o menor medida porque es nuestra pasión y dedicamos nuestros tiempo, si entendemos experto como ser alguien experimentado en juegos. Otra cosa es ser profesional.”

Años después de haber aguantado a toda una generación de madres diciéndonos que estudiemos algo de provecho, descubrimos que el truco es dedicarle horas a un blog sobre un tema que te apasione… ¿Ésto lo sabe el ministro Wert?

"¿Qué entendemos por ser profesional? la gente dice “es que no hay gente profesional”. Yo me conformaría como no remunerado, con tener juegos para poder editarlos y colaborar con las editoriales. Dos juegos al año recibidos para trabajar en el blog es ser profesional. Eso no tiene nada que ver con la calidad de la información o de las opiniones que demos." 

Pues creo que sería mejor ver qué significa realmente profesional. Según la RAE:
Profesional: adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. 

En resumen que hasta lo que hace Bárcenas se considera ser un profesional, pero lo de un par de juegos al año, desde mi humilde opinión de no experto, parece más un hobby con recompensas que algo de lo que vivir. 

“La editoriales tampoco son tontas y saben qué tipo de blog tienes tú. Es cierto que Tom insistía en que la clave está en la independencia. No se plegaban a los intereses de la industria”.

En qué quedamos entonces, ¿independencia o pasamos por el aro?

“Un juego es un bien cultural y está sujeto a la subjetividad de todos. Te puede gustar o no. Y eso es un juego que tienen que aceptar los editores”.

Por fin algo de claridad. En resumen, que lo que queremos es ser independientes y que sea la industria la que pase por el aro. Ni más ni menos.

No creo que haga falta poner más ejemplos para ver que este proyecto es un despropósito sin pies ni cabeza, que pone en relieve la necesidad que hay en este país de que los profesionales (pero de los de verdad) cojan las riendas y desarrollen un proyecto serio y bien orquestado, que consiga por un lado desparasitar el sector amateur, para que la gente realmente válida pueda dar el salto a lo profesional, sin rémoras; y por otro lado, que la industria (que sea dicho de paso, hace años que tendrían que haber dejado de buscarse las pelusas del ombligo) se involucre de una vez en la difusión de los juegos de mesa. Porque ¿cómo es posible que en nuestro país los juguetes se consideren un bien de interés cultural, pero los juegos no? ¿Qué ha hecho la industria al respecto? Nada por lo que parece… pero de esto hablaremos en el próximo capítulo.